El común denominador en el desarrollo de la siembra de los cultivos ilícitos ha sido la alta rentabilidad de estos en regiones donde no hay presencia del estado, donde la existencia de grupos armados ilegales garantizan la seguridad de los cultivos.
La coca es originaria del neotrópico, el cultivo de estas especies (Erythroxylum coca y Erythroxylum novogranatense) se remontan aproximadamente al año 3.000 a. C. Su denominación proviene de la lengua aborigen Boliviana Aimara, en donde se le llamaba KkoKa, que significa “arbusto comida o alimento de viajeros o de trabajadores.
Wilhelm Lossen estableció la fórmula definitiva del clorhidrato de cocaína en1862. De allí en adelante, el uso de la cocaína y otros estupefacientes han estado ligados a medios artísticos principalmente, pasando hasta su uso común y finalizando en una peligrosa asociación con actividades criminales y degradación social.
Colombia, Bolivia y Perú han jugado el papel de cultivadores de la hoja coca, Colombia el de productor principal del alcaloide, y México y Brasil el de los grandes intermediarios, Estados Unidos ha desempeñado muy bien su rol de ser el mayor consumidor de cocaína en el mundo.
Según la encuesta de la Comisión Norteamericana sobre drogas, existían en 1992 algo más de 40 millones de personas que consumían droga y 15 millones que ocasionalmente la habían probado. Sin embargo, los expertos señalan que si este número no ha crecido en el 2003 es probable que tampoco haya decrecido mayormente. El consumo se propagó entre la juventud americana a raíz de la guerra de Vietnam, cuando muchos soldados comenzaron a consumir esta y otras drogas. Siguiendo el espíritu típicamente americano, se organizo una infraestructura para satisfacer la demanda. Las conexiones latinoamericanas sólo son extremidades de un problema de consumo interno.
Los primeros efectos ambientales de los cultivos ilícitos comienzan con la tala y quema de bosques primarios tropicales, con el consecuente agotamiento de las fuentes de agua y afectación de la biodiversidad. La pérdida ambiental excede el área de cultivo, pues se estima que por cada hectárea de coca se tienen que destruir 2 has de bosque y para una hectárea de amapola destruir 2.5 de bosque andino. Se estima que más de 2.100 hectáreas de bosque son destruidas anualmente en la producción y erradicación de cultivos ilícitos.
La siembra de cultivo de coca de manera indirecta le representa la destrucción en términos ecológicos de:
- Algunas de las especies de mamíferos reportados para la Amazonía, están amenazadas por alteración del hábitat. En especies faunísticas, las cifras aproximadas son: 600 de aves, 170 de reptiles, 100 de anfibios y más de 600 en peces.
- En la flora, el peligro acecha a unas especies únicas en el mundo (endemismo); ya que el 80% del total de las especies arbóreas reportadas solo existen en ese bioma.
- El riesgo por la deforestación asociada a los cultivos ilícitos, se cierne sobre 96 a 120 especies arbóreas por hectárea con más de 500 individuos por hectárea; esto significa perder 150 metros por hectárea de madera, de los cuales un 30% son de probada potencialidad comercial.
El uso incontrolado de sustancias químicas en los procesos de fabricación de las drogas ilícitas tiene efectos sobre la salud de la población que labora en estos como en la que consume las aguas contaminadas con estos residuos ya que los excedentes de la aplicación de los químicos son arrastrados a las corrientes de agua cercanas y se incorporan las cadena tróficas acumulándose en el tejido de las especies expuestas y generando un proceso de bioacumulación cuyos resultados se manifiestan al consumir alimentos con dosis letales de estos químicos.
La tala y quema indiscriminada de grandes extensiones de bosque para el desarrollo de los cultivos ilícitos, como el uso de agroquímicos generan grandes volúmenes de gases de efecto invernadero que contribuyen en proporción al calentamiento global. En la mayoría de los casos las zonas afectadas aún no se han recuperado, como tampoco los ecosistemas que se han visto afectados por los vertimientos de las sustancias precursoras empleadas en el proceso de fabricación de drogas en especial de la pasta de coca.
En la actualidad los daños desarrollados por esta modalidad delincuencial no se han cuantificado pero sus efectos se verán en un futuro próximo cuando se desarrollen procesos de desertificación en áreas que fueran bosque primario, como también con la aparición de enfermedades relacionadas con el consumo de alimentos y aguas contaminados.
Además, las consecuencias de la coca en la sociedad han sido catastróficas en el sentido de afectar seriamente la territorialidad de comunidades por la intromisión de colonos, la inserción de relaciones de mercados ventajosos y ajenos a los tradicionales, la ruptura de la estructura de poder y autoridad, el fomento de bienes de consumo como elementos de endeude y canje, la participación en los últimos y más riesgosos eslabones del procesamiento del alcaloide por solo mencionar algunos y que además terminan por incriminar a esta población en la ilegalidad y la economía del trueque.
REFERENCIAS:
Salvani, C. (2004) Representante de la UNODC Disponible en: http://www.sandrocalvani.it/docs/20080920_Speeches_040813.pdf
Policía Nacional Dirección Antinarcóticos Colombia "COCA: Deforestación, contaminación y pobreza" Disponible en: http://www.odc.gov.co/Portals/1/publicaciones/pdf/oferta/estudios/OF5022014-coca-deforestacion-contaminacion-pobreza.pdf
García, J.C. "De la Coca a la Cocaína, una historia por comprender" Disponible en http://www.fundacioncsz.org/ArchivosPublicaciones/148.pdf